Un falso prejuicio en la lucha contra el SIDA es que todos estos valores que se tratan de retomar para luchar contra el SIDA, no deben ser asumidos por el Estado; en todo caso -se piensa- que sea cosa de particulares, de Fundaciones, de ONGs, de la Iglesia. Y es un falso prejuicio, al que conduce , entre otras razones, la idea de la aconfesionalidad del Estado, ya que el Estado debe velar por la salud pública. ¿Es un tabú la moral?. No pueden hablar de moral las personas que trabajan para el Estado?
Todos hemos oído aquello de que prevenir es mejor que curar, pues en el caso del SIDA, prevenir no es simplemente mejor que curar: es la única cura. Para el caso de una enfermedad mortal y no curable, es necesario prevenir con total seguridad, ya que no vale una prevención parcial para esta enfermedad mortal y no curable. Desde el punto de vista epidemiológico, la prevención más eficaz es cuando se aborda en los primeros estadios, más que en los últimos a través de condones y jeringuillas estériles. Por lo tanto conviene actuar en "el proceso de producción de la enfermedad", luchando para que no crezcan las prácticas de riesgo, y los grupos de riesgo. Si los grupos de alto riesgo no disminuyen y no varían su conducta, nadie puede asegurar que la enfermedad será erradicada y que la difusión del SIDA disminuya, ya que mientras persistan los comportamientos que favorecen la transmisión, habrá un aumento de los infectados y un crecimiento de la enfermedad.
Imaginamos la sociedad dentro de 50 años como lo que es ahora respecto a otras epidemias que como el cólera, tifus, etc. diezmaba las poblaciones, y fueron vencidas. Esas epidemias fueron vencidas gracias a la investigación pero sobre todo gracias a la limpieza. Cuando rectifiquemos un tanto los actuales hábitos peligrosos respecto al SIDA, y la investigación avance, habremos ganado al SIDA. Pero si no lo hacemos y el virus VIH se revela como infalible ante cualquier persecución, pues gracias a su mutabilidad supera todas las barreras, entonces estamos perdidos.
La revolución sexual ocurrida en las últimas décadas ha llevado a un cambio de planteamientos y perspectivas de muchos expertos, sobre todo, si estos no tienen hijos. Conductas que han llegado a ser aceptadas por algunos adultos en privado, son propugnadas ahora para los niños. Quienes actúan de esta manera deberían darse al menos cuenta que lleva tiempo hacer de un niño un adulto; y que los hábitos que no tienen obvias consecuencias trágicas para los adultos, suelen ser malentendidas y llevadas a la práctica más irresponsablemente aún por jóvenes inmaduros.
¿Abstención?. No nos fijemos en el sentido peyorativo que se le da a este término desde el punto de vista político: queda mal abstenerse de votar. Tampoco vamos a reducir la palabra al sentido que se le da con respecto a la bebida: abstemio es no probar el alcohol. Abstención puede significar muchas cosas más : abstenerse de agredir a alguien, de robar, de discriminar, o abstenerse de la droga.
Para el tema de la droga como medio de transmisión del SIDA, me atrevo a decir que sí, que vale la pena ser abstemio. El sistema nervioso necesita de un equilibrio para funcionar con perfección y para desarrollar la tarea que tiene en el cuerpo humano. Estrictamente, podría decir que no, que con tal de que no fueran drogas inyectables,..., pero de las drogas blandas se pasa a las duras en un momento; y también, bajo los efectos de las drogas, se cometen muchas locuras. O sea, que sí, en materia de droga vale la pena ser totalmente abstemio.
En materia sexual, para prevenir del SIDA, ¿tendríamos que imponer o aconsejar la abstención total, la castidad perfecta?, sin duda que eliminaríamos muchas posibilidades de transmisión de esa forma. Pero no, nuestros cuerpos tienen sexo, y realiza su función como otras partes del cuerpo la suya. Bastaría decir que el sexo con orden, en su momento, para su función, con amor, dentro de una unión afectiva y duradera. Si carece de caracteres anteriores se aproxima en mayor o menor medida a una violación. Basta decir lo que decían las campañas contra el SIDA de un país : " cada oveja con su pareja ".
Podrían darse muchas explicaciones antropológicas para explicar cómo las personas humanas hemos ido formando las familias como base social, cómo la cultura, a medida que se ha desarrollado, nos ha conducido hacia la monogamia. Una de las explicaciones es la transmisión de las enfermedades venéreas. La familia monógama es la forma más perfecta de reducir al mínimo estas enfermedades sin que, lógicamente, se extinga la población por falta de descendencia.
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